Sexo sobrenatural

Sexo sobrenatural

Decir que el sexo humano o incluso el matrimonio son eventos naturales deja al descubierto lo mucho que se desconoce la verdadera naturaleza del la sexualidad humana. 

Juan Carlos Santos B.

Jared Diamon describe en el primer capitulo de uno de sus más conocidos libros "¿Porqué es divertido el sexo?" la posible opinión de un perro sí se le preguntara por la vida sexual de su dueño, éste responde con adjetivos propios de cualquier digno representante del partido conservador, "es un sexo soez, fuerte y raro"  y los ejemplifica diciendo que no entiende cómo su dueño sostiene relaciones a destiempo de la fertilidad de su esposa, cómo planifican, cómo aún después de pasar por la menopausia la madre de su dueño mantiene relaciones y aún peor cómo todos en esa familia sostienen relaciones sexuales en privado y no "delante de sus amigos, como haría cualquier perro que se respetase a sí mismo". 

He de suponer que la mayoría de ustedes pensará "claramente está hablando de la vida sexual de un perro, la de los seres humanos (y según el procurador, la del colombiano promedio) es algo completamente diferente pues bien se ha dicho somos humanos, es aquí donde les advierto, no existe especie con un comportamiento sexual mas extravagante que la de los seres humanos. 

Como la mayoría sabe, si no pues se lo cuento, el ser humano  es un mamífero y somos una especie única dentro de las 5.486 especies de mamíferos, con capacidades únicas y así mismo con una sexualidad única, en donde aspectos que para la mayoría de ustedes no poseen trascendencia alguna, ejemplifican como la vida sexual de nosotros es completamente sui generis.   

En la mayoría de las especies la hembra da a conocer su estado fértil, informando de manera visual, olfativa o comportamental, caso contrario ocurre con la hembra humana en donde la mayoría de ellas desconocen si se encuentran o no ovulando y cuando lo hacen no buscan al primer tipo que se les aparezca para procrear y aprovechar la energía depositada en la producción de células germinales, algo que sería "natural" en cualquier mamífero es completamente ajeno a nosotros y aún así nadie se ofende cuando una mujer deja pasar su periodo fértil incluso bien lo dice el perro, es completamente ridículo (desde una perspectiva "natural") que una vez alcanzada la menopausia, la hembra continúe manteniendo relaciones sexuales, ¡semejante desperdicio de energía y tiempo!, aún así el silencio por parte del senador Gerleín para este tipo de actos es, cómo diría un gran amigo, terapéutico. 

La genitalidad dejó hace mucho tiempo de tener un único fin, y el mismo cuerpo humano parece anunciarlo al silenciar los periodos de celo, y todos ustedes humanos conviven perfectamente en paz con este tipo de situaciones. 

El problema surge, dirán algunos, cuando estos comportamientos "innaturales" amenazan la base de la sociedad actual, el matrimonio, el cual al parecer debe enfrentarse a la unión de dos machos o de dos hembras, si esto fuese cierto qué bases tan poco sólidas son las del matrimonio, puesto que verse afectado por las acciones de una minoría es completamente ridículo y si es el hecho de que una pareja se junte para no procrear una amenaza, desde la invención del matrimonio éste se ha visto amenazado por los abuelitos, las parejas infertiles y hasta aquellos que deciden simplemente no tener hijos. Lo interesante de esta situación es que nadie nunca ha condenado aquellos matrimonios heteroconvencionales que deciden no tener hijos, la indignación se les sube a la cabeza al pensar  que "naturalmente" todos los animales viven en parejas formadas por un macho y una hembra y que es de esta manera como se mantiene la especie, pues nuevamente, que gran mentira (y es el momento en que no entiendo cuándo en el colegio se les fue grabada en la mente esto a la mayoría). 

Si bien es cierto que la mayoría de las especies de vertebrados comprende un macho y una hembra, también es cierto que existen especies en donde no solo no existe uno de los dos géneros, sino que como en el caso de la lagartija Liolaemus nihuil, solamente existen hembras, y aún así gracias al interesante evento de la partenogénesis la especie perdura. Pero no nos quedemos solamente con las lagartijas areperas, pensemos por qué no en un pez travesti el Cirrhitichthys falco el cual cambia de sexo al decender el número de machos dentro de la población, o en un primate sumamente cercano al hombre, el bonobo quienes poseen sociedades delicadamente ligadas al sexo, solucionando problemas "políticos" con sexo políticamente correcto. 

Y aún así, ¡qué terrible concebir la afiliación conyugal de dos personas adultas!, dejémonos idioteces, aún hoy no es certificable que las sociedades humanas surgieron a partir de la monogamia, o de la poligamia, incluso se habla de la posible mezcla interespecífica en los esbozos de la humanidad con otras especies (como lo postula el doctor Abi-Rached y su equipo en una de sus últimas publicaciones) así que no digan qué es natural y qué no, el ser humano puede que parezca un semidiós en palabras de Bernhard Rensch o un simple simio desnudo como lo dice Desmond Morris, pero lo que es claro es que su naturaleza es desde hace mucho completamente artificial. 




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