Simbiosis

“El ser humano es el único ser en el mundo que requiere de aprendizaje ético para la vida en comunidad, puesto que no es perfecto sino que es ónticamente invitado a la perfectibilidad.[2]

Hace poco leí como Daniel Samper, en alguna de sus columnas relataba los últimos momentos del último ser humano sobre la tierra, (Desde aquí, en lo más alto del mundo, solo diviso soledad, ruinas y aguas hirvientes. Nos habían advertido que era peligroso ponerle zancadilla a la naturaleza. Soy el último terrícola… Colombia fue uno de los primeros países en quemarse; las selvas ya no existían: eran veneno, glifosfato puro; los ríos, aceite y basura. Una llamita, y ¡pum! Después subió alborotado El Niño. No parecía un niño sino un pandillero joven[3]) Entre broma y broma me di cuenta de la terrible amenaza en la que nos hemos transformado, el día a día transcurre lentamente mientras nos convertimos en aquellos asnos entupidos que Isaac Asimov predijo que nos volveríamos. Sin embargo aún falta bastante para que este mundo se desplome y gracias a profundas reflexiones en las que varios congéneres se han inmerso ciencias tan magnificas como la bioética han emergido.

Todo este tiempo, durante este semestre, en cada ensayo que realicé hablo de cómo los seres humanos nos deshumanizamos, llegue a satanizar nuestra propia especie, pero olvide por completo que aún somos seres humanos, y que es inherente en nosotros el error, así como el perdón llega a ser propio solo de los dioses, nosotros hemos sido bendecidos con el perdón divino y la oportunidad de revindicarnos, este poder se materializo en una bioética que nos permite realizar una retrospectiva de nuestra humanidad.

La bioética (y varias ciencias cercanas o raíces de esta como la filosofía o la antropología) han colaborado con la humanidad para re humanizar al hombre, la vida del ser humano va hacia un camino en donde el sentido de existencia es nulo y la calidad de esta no existe, esta disciplina es exigida por las nuevas generaciones, la llamada sociedad del conocimiento, así como se recurre a las ciencias naturales para saber acerca de la vida también podemos recurrir a las humanas para saber acerca del hombre y confrontarlas para saber acerca de la unión de ambos temas.

Solo ayudados por esta simbiosis podemos asegurar el perfecto desarrollo armónico del hombre y su ambiente.



[2] Gilberto Cely Galindo, SJ. Bioética Humanismo Científico Emergente, 31 2005

[3] Daniel Samper Pizano, Revista Carrusel octubre de 2006

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