Asnos...

…Pero si poseen la energía termonuclear, ¿dónde realizan las pruebas y las explosiones?
— En su propio planeta, señor.
Naron se irguió en sus seis metros de estatura y tronó:
— En su propio planeta?
— Si, señor.
Con gesto pausado, Naron sacó la pluma y tachó con una raya la última anotación en el libro pequeño. Era un hecho sin precedentes; pero es que Naron era muy sabio y capaz de ver lo inevitable como nadie en la galaxia.
— ¡Asnos estúpidos! –murmuró…[1]

Cada día el ser humano encuentra una nueva forma de enfrentarse a su mundo, se descubren nuevos medicamentos contra algunas enfermedades, una nueva fuente de energía, o una nueva especie, los adelantos tecnológicos rayan en la ficción y poco a poco la tierra se vuelve un lugar mas apacible para ésta débil y desprotegida especie incoherentemente llamada homo sapiens sapiens

Por ejemplo, con la biotecnología podemos alimentarnos sanamente, hacer de alimentos poco nutritivos una inagotable fuente de energía, producir súper cultivos que derroten las adversidades naturales y finalmente eliminar el hambre, con la genética comenzamos a revelar la naturaleza de algunas, hasta ahora, incurables enfermedades y así sucesivamente cada adelanto humano se encarga de convertir al hombre en un ser mas “capaz”.

Pero, en estos tiempos ¿realmente hablamos de un enfrentamiento al mundo o es simplemente una dominación del medio?, en tiempos primitivos, los nuevos homínidos que recién se erguían por encima de las sabanas debían ingeniárselas para lograr sobrevivir, hurgando entre los desechos de antiguos depredadores y creando herramientas con las que pudieran atrapar la cena de la semana, en contraste con el hombre moderno a este solo le basta con apretar un botón (literalmente) para encontrar una pronta respuesta cualquiera de sus necesidades básicas, al parecer luego de unos pocos miles de años esta raza se cansó de ser parte del menú y decidió ser la especie encargada de armar el mismo.

Este proceso es denominado evolución, el hombre ha sufrido una serie de cambios desde su aparición, cayó en un efecto domino en donde cada nuevo elemento le permitió aprender a usar su cerebro como herramienta y así dominar su medio. Para lograrlo, la naturaleza “ingenió” la selección natural que permitía a los mas aptos sobrevivir y de esta forma se moldeó el ser humano moderno, la naturaleza se encargo de crear el depredador mas temible que jamás halla existido en el pasado.

Pero, ¿a costa de qué?, lamentablemente en esta carrera por someter nuestro medio nos hemos encargado de arruinarlo rápidamente, desde sus inicios la población humana ha visto como su estilo de vida “langosta” arrasa con todo a su paso, llega a un territorio y consume cada recurso hasta agotarlo, sin embargo este planeta es lo suficientemente grande para satisfacer las demandas de esta plaga o ¿no?

Lamentablemente la respuesta es no, la creciente demanda causada por una reproducción exponencial y una falta de conciencia ecológica hacen de este un mundo limitado, prácticamente estamos en la isla más grande del universo puesto que al igual que en un apartado pedazo de tierra en el mar los recursos son mínimos igual pasa con nosotros la demanda es mas que la oferta (usando una terminología algo más económica), y poco a poco se va acabando este pedazo de mundo en donde vinimos a parar.

En este punto cabe preguntar, ¿es el ser humano un ser aún sometido a los efectos de la selección natural o aún peor, existe la selección natural en presencia del ser humano?

Desde el punto de vista ecológico, el homo sapiens es la forma de vida actualmente dominante sobre el planeta, siendo la última especie en emerger en el proceso evolutivo. Es la especie de más éxito, de mayor adaptabilidad biológica gracias al desarrollo cultural que le permite adaptar el habitad a sus necesidades y acceder a lo modos más sofisticados de simbolización y de lenguaje. Por el desarrollo cultural, el homo sapiens es simultáneamente sapiens sapiens. Lo que significa que sabe que sabe. Que es consciente de que conoce. Y que asume responsablemente el conocimiento que tiene del mundo y de sí mismo para dinamizar el proceso de humanización.

Pero también somos la única causa de sobrecarga de la tierra con la explosión demográfica, de la pobreza extrema de las mayorías y especialmente de la crisis ambiental. Todo esto en vez de humanizar, deshumaniza. Destruye, no construye. Va en contravía de la dignidad humana y de su entorno.

Es tan malo despoblar como poblar. Malo controlar en exceso el nacimiento de los niños de igual manera una excesiva sobre reproducción, la seguridad alimentaría mundial depende precariamente de los agricultores los cuales a su vez se ven ligados a la tierra que es re utilizada tantas veces que sus nutrientes se ven agotados.

El siglo pasado dio origen al entusiasmo por la industrialización, gracias a la aplicación tecnológica de una lenta y larga acumulación de conocimientos científicos de la humanidad. La ciencia, como gran acopio del saber humano , había sido patrimonio de todos los hombres hasta el siglo pasado, pero la tecnología tuvo la magia de convertirla en propiedad predominante de los países que la han aplicado, se han convertido en nuestros hermanos ricos y en modelo unívoco de desarrollo, con toda una filosofía de vida.

Aparece, entonces, una ética de utilidad y consumo. Liderada por los países altamente industrializados, para los cuales el planeta tierra es una mercancía cuya utilidad económica determina su valor. El afán destructivo conlleva también a una destrucción de inocentes, Es así como la industrialización tecnológica incrementa irracionalmente los daños al planeta, nuestra casa. Daños que ya veníamos haciendo históricamente y que se han acelerado con el armamentismo criminal y con la explosión demográfica. Hemos deteriorado el agua, los suelos, el aire. La vegetación, la fauna, el paisaje, la energía.

Producimos cantidades enormes de entropía física, psicológica y espiritual. El globo terráqueo presenta síntomas alarmantes de destrucción de millones de hectáreas que ya no sirven para la agricultura, riesgo permanente para los bosques tropicales considerados el pulmón del mundo, reducción de las especies animales y vegetales que habitan en ellos, lluvia ácida aniquiladora de los bosques nórdicos, adelgazamiento de la capa de ozono por emisión de gases y un proceso de calentamiento atmosférico progresivo por el efecto invernadero del dióxido de carbono

Pero de todas maneras, no todos son tan malos, desde hace un tiempo los hombres comenzaron a percatarse de los efectos nocivos que tenía el mal uso del mundo, de cómo las especies podían extinguirse, y porque la capa de ozono empezó a deteriorarse, tal vez a causa de que el delicado equilibrio natural por fin altero el estado del hombre éste se digno a hacer algo a favor del ambiente, de todas maneras aún no es tarde, la madre naturaleza nos a brindado una última oportunidad de poder vivir en armonía y no podemos ser tan ingratos de desaprovecharla.




[1] Isaac Asimov, Obra compre Júpiter, (Fragmento)

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